¿Como encontrar la voluntad de Dios?

Resulta lógico pensar que si Dios es nuestro Padre, hemos de mantener a la vez una correcta relación con Él. Ello se alcanza principalmente cuando el cristiano entrega su corazón a Dios. No me refiero a la entrega del corazón para “salvación”, sino para “santificación”. La primera constituye la decisión en un instante, la segunda requiere de toda una vida.

Rendir nuestra voluntad a la de Cristo, es el primer paso. No podemos esperar respuestas del Cielo, si todavía no le hemos entregado nuestra vida al que nos ha salvado. Así dice el Señor: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” Proverbios 23:2. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Gálatas 5:16

Un ejemplo muy claro en la Biblia, es que hasta el mismo Isaac, un hombre de fe, que estuvo dispuesto a morir en el monte Moria como sacrificio, con el pasar de los años fue perdiendo la comunión con Dios, hasta el punto que prefería a su hijo Esau por encima de Jacob.

Siempre favoreció a Esaü, ignorando el hecho de que él había desechado su primogenitura por un plato de lentejas, y se había casado con mujeres paganas. Por tanto, Isaac no tomó en cuenta la palabra que el Señor le dio a Rebeca. “y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor”. Génesis 25:23.
¿Esto quiere decir que Dios eligió entre Esau y Jacob? ¿Que prefirió a Jacob antes que Esau? De ninguna manera. Dios ya sabía antes que salieran del vientre de su madre como iba a ser el uno y el otro, por eso mismo “Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” Romanos 9:13. Esaú tomo su propia decisión en desagradar a Dios, no fue culpa de Dios lo que sucedió con Esau. El plan de Dios ni el infierno lo puede detener.
Isaac, hijo del padre de la fe (Abraham) paso 130 años de su vida tratando de esquivar la voluntad de Dios. ¿Acaso nosotros estamos exentos de cometer el mismo error?

Para aquel que ha examinado su vida, y si lo considere necesario, puede renovar sus votos con Dios realizando una oración de rodillas, pidiéndole: ¡Señor! estoy aquí en tu presencia, reconociendo que mi vida sin tu dirección no tiene sentido. Te pido perdón por mi falta de entrega. Hoy tomo la decisión de hacer tu voluntad. Te entrego mi corazón y mi vida, depositando todo por fe en tus poderosas manos, para que cumplas el propósito que tienes para mí. Enséñame el camino y guíame a hacer tu voluntad. Pongo toda mi confianza en ti y en las promesas de tu Palabra. ¡En el nombre de Cristo!

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